Mecanoscrito del segundo origen

Publicado el 8 de julio de 2023, 10:38

El Mecanoscrito del segundo origen es una excelente novela de ciencia ficción escrita por Manuel de Pedrolo en 1974. Fue escrita y publicada originalmente en catalán, cuyo título es Mecanoscrit del segon origen. En su momento tuvo gran éxito, pero actualmente está injustamente olvidada y es poco conocida fuera del círculo de la ciencia ficción catalana, pese a que está traducida a varios idiomas, entre ellos, obviamente, el castellano.

 

El argumento de esta novela puede parecernos, hoy en día, muy manido y sencillo. Una legión de extraterrestres arrasan todo el planeta, convirtiendo la civilización humana en ruinas a nivel planetario. Alba y Dídac, dos jóvenes de catorce y nueve años respectivamente, han sobrevivido al cataclismo, que apenas duró los pocos segundos que ellos estuvieron sumergidos en el agua, tal era la capacidad destructiva de los aliens, subidos en poderosos platillos volantes que acabaron con varios milenios de civilización en un abrir y cerrar de ojos. A partir de aquí, los dos protagonistas deberán sobrevivir solos en un mundo destruido, aprendiendo a obtener recursos. A lo largo de varios años, se encontrarán con pocos supervivientes e incluso con uno de los aliens. Esta historia, de la forma en la que se desarrolla, mezcla elementos de La guerra de los mundos y de Robinson Crusoe.

 

Las grandes virtudes de este libro, que lo convierten en una auténtica joya, son los temas tratados y la forma de exponerlos y, sobre todo, su técnica narrativa.

 

En cuanto a los temas expuestos, el más importante es la naturaleza humana. Como muchas otras obras posteriores post-apocalípticas, la necesidad de sobrevivir y la ausencia de cualquier autoridad y normativa hace emerger la auténtica naturaleza humana, emergiendo los instintos más animales. Los supervivientes que se encuentran son o bien locos, o bien hostiles. Por ejemplo, en un viaje que hacen por la costa mediterránea, se encuentran tres hombres que, al ver a Alba y Dídac, se disponen, sin más, a matar al chico para violar a la chica, con lo que Alba se ve obligada a matarlos. Sin embargo, los dos protagonistas se superponen tanto a la desesperación por vivir en un mundo que no es más que una tumba como al descenso a los impulsos más primarios, y toman una decisión que introduce otro tema importante: el legado humano.

La decisión que toman es doble: por una parte, deben repoblar el mundo, con lo que Alba esperará a que Dídac llegue a la pubertad para tener un hijo con él, que planean sea el primero de muchos. Por otro lado, emprenden una obra de rescate y conservación de la civilización, principalmente salvando libros de las bibliotecas de Barcelona, clasificándolos y guardándolos. Algunos libros los usarán como medio para aprender disciplinas que los ayuden a sobrevivir y obtener recursos: medicina, mecánica, horticultura, etc.

Otro tema destacable es la adaptabilidad del hombre a las circunstancias, esa homeostasis a la que tanto el cuerpo como el cerebro humano tienden. Alba y Dídac, que empiezan desolados al ver su pueblo destruido y todos sus amigos y familiares muertos, acaban siendo felices. Montan su vida sobre las ruinas de una humanidad exterminada casi por completo y llegan incluso a reflexionar sobre ello, preguntándose si son unos monstruos por haber construido una vida feliz no sólo en medio de la destrucción absoluta, sino precisamente debido a esa destrucción.

Otros temas que se tratan más superficialmente, aunque con gran acierto, son la sexualidad, la maduración personal, la amistad, el amor, los tabúes sociales o el racismo.

 

La técnica narrativa es otro de los elementos remarcables. En primer lugar, la prosa de Pedrolo es sencilla, directa, amena y muy dinámica, pero marcando un fuerte contraste entre estos atributos y otro destacable: su extenso, variado y culto léxico. Al menos en la versión original en catalán (espero que las traducciones hayan mantenido esta característica), en toda la novela hay un despliegue enorme de precisión léxica extraordinario, con uso constante de palabras cultas o de uso poco habitual, que hacen que en muchas ocasiones sea necesario consultar un diccionario. Aunque esto pueda parecer que entorpece la lectura, y es posible que para algunos lectores así sea, en realidad es una agradable y entretenida forma de ampliar vocabulario. Cabe señalar la fuerza de algunas de las expresiones, como por ejemplo cuando describe que el silencio de las ciudades es mucho más fuerte que el de los pueblos, pues es mayor la destrucción y la sensación de soledad.

Pero lo realmente importante de la escritura de esta novela es cómo está narrada. La obra está dividida en cinco capítulos, llamados cada uno “cuaderno de” seguido de algo que sintetiza conceptualmente lo que se va a explicar (Cuaderno de la destrucción y la salvación, cuaderno del miedo y de lo extraño, etc). Antes del texto de cada capítulo hay un código cifrado que en un principio no sabemos qué es: TT/1, TT/2, TT/3, TT/4 y TT/5. Sólo al final sabremos que es una datación: se refiere a la cuenta de los años tras el cataclismo. Cada capítulo está dividido en pequeñas subdivisiones de pocos párrafos cada una y están todas numeradas entre paréntesis. La numeración sigue hasta el final del libro, habiendo en total 61. Cada cuaderno empieza del mismo modo: “Alba, una chica de [edad que tiene en cada capítulo] años, virgen y morena…”. Las variaciones de estos inicios sólo se darán en la edad y en el estado de virgen, que en el último capítulo indicará que está embarazada. A partir de la segunda subdivisión de cada capítulo, todas empiezan con la conjunción “i”. Esto, sumado al tono de la obra, le da una estética narrativa un poco bíblica, algo que tendrá todo su sentido al final de todo.

Todos los capítulos están narrados en tercera persona, pero es en el último párrafo cuando hay un cambio y empieza un juego metaliterario muy bueno: primero, en ese último párrafo, el narrador cambia a primera persona; con lo que se descubre que la narradora en realidad es Alba. Y al acabar la novela con este giro narrativo, a continuación hay una “nota del editor”, el cual es un hombre que vive en un futuro muy lejano, en el año 7138, y nos explica brevemente la historia del Mecanoscrito, que se supone que es una obra real, que ha pasado por varias manos y sobre las que los expertos debaten acerca de su veracidad. Algunos opinan que es sólo una obra de ciencia ficción de su época, mientras que otros opinan que es veraz y que Alba es la madre de la humanidad actual (en referencia a la humanidad del año 7138). En esta “nota del editor” se explican cuestiones de la novela, desde la datación en código TT/(año) hasta la cuestión del ataque alienígena, algo que es parte de las leyendas folklóricas de la humanidad del futuro, pero que podría ser cierto, pues se han descubierto restos de una civilización muy avanzada en un planeta que, parece ser, estaba amenazado por una epidemia y en su lista de posibles planetas para el traslado de su raza figuraba la Tierra. En definitiva, este último “capítulo”, narrado como si fuesen comentarios del editor del Mecanoscrito, no sólo establece un hábil juego metaliterario que sorprende al lector, sino que da explicación y sentido a algunas de las cuestiones más oscuras de la novela.

 

Otro aspecto importante de la novela es el simbolismo de los nombres. Alba, que significa “amanecer”, es decir, “inicio de algo”, es el origen (el alba) de la nueva humanidad. Dídac, que empieza la historia siendo un niño que apenas sabe nada, va aprendiendo a lo largo de la novela, primero preguntando cosas a Alba y después mediante libros. Este aspecto del personaje está simbolizado en su nombre, ya que “Dídac” proviene de “didáctica” (enseñanza). Los libros son un símbolo del conocimiento y la civilización, y serán uno de los elementos de supervivencia más importantes para los protagonistas.

 

En definitiva, el Mecanoscrito del segundo origen es una maravillosa obra de ciencia ficción, muy bien escrita, original (pese a lo arquetípico de su punto de partida) y que no merece estar sepultada en el olvido.

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