
Olivia Vilà nació y creció en Barcelona. Susestudios están relacionados con la criminología, la investigación privada y las ciencias forenses.
Tiene muchas aficiones y muy variadas. Puede que la más extraña sea el cultivo in vitro de orquídeas. Durante años ha redactado textos y artículos didácticos, protocolos, instrucciones... pero nada parecido a una novela. No pensaba escribir Tiempo de druidas, pero surgió. Le gusta embarcarse en aventuras locas sin pensárdelo mucho y, una vez dice que sí, ya no se echa atrás. Por eso, cuando un par de amigos la azuzaron un poco para que escribiera la historia de Eón, el aprendiz de druida, no tardó en animarse. Empezó a lo grande, y de manera un poco osada, con narrador múltiple, dos líneas temporales, ambientación histórica, diálogos de grupo...
Al principio, la asustó la dificultad del proyecto, pero la tranquilizó el hecho de no tener plazo de entrega ni obligación de publicar. La experiencia le ha gustado bastante, así que continuará explicando qué fue de los protagonistas de la novela tras la llegada de los romanos.
Tiene en mente experimentar con otros géneros, pero prefiere acabar primero lo que tiene entre manos.
¿Cómo empezó tu gusto por la literatura?
Mentiría si dijera que la literatura es la disciplina de las Bellas Artes que más me gusta. Si tuviera que escoger solo una, me quedaría con el cine.
Dicho esto, recuerdo tener una colección de clásicos de la editorial Bruguera, eran unos libros muy pequeños, ilustrados y con la cubierta en amarillo. Cuando pienso en ellos, me veo a mí misma leyendo Moby Dick o a Julio Verne, en la cama por la noche antes de ir a dormir.
Lo siguiente que recuerdo es una lectura obligatoria del colegio, El abrigo verde de María Gripe. Y es extraño, porque casi no sé qué serie estaba viendo ayer en Netflix, pero aún tengo presente de qué iba ese libro, que lo leí en un trayecto en el Talbot Horizon de mi madre y de las sensaciones que me produjo al leerlo. Rechazo, por ser una imposición escolar, y agrado al final, por el mensaje que enseñaba.
Durante la adolescencia leí poesía, a Bécquer, sobre todo; para después tener una época más oscura y gótica con muchos vampiros.
Y de Vlad el Empalador, pasé a los thrillers, los crímenes y a cualquier lectura que encontrara relacionada con la criminología y las ciencias forenses.
En la actualidad me gusta leer un poco de todo, aunque me agobia tener libros a medias y no encontrar tiempo para relajarme y disfrutar de ellos.
¿Cuándo empezaste a escribir y qué te motivó a ello?
Tuve un blog cuando empezaban. La finalidad era divulgativa. En aquella época el acceso a la información no era tan sencilla e inmediata. No era fácil encontrar personas con tus mismas aficiones y menos cuando te da por el cultivo de semillas de orquídea. Solía recibir, por correo electrónico, preguntas acerca del proceso de siembra. Esas preguntas solían ser las mismas una y otra vez, así que mi marido me sugirió recopilar la información en un blog y que cada uno se sirviera...
Lo hice y durante unos años fue muy enriquecedor, pero después la vida se va volviendo más exigente y hay que priorizar, por eso el blog pasó a un segundo plano. Intenté retomarlo un par de veces, pero no funcionó.
Nunca he dejado de estar entre papeles, pero lo de la novela fue puro impulso. Hace tiempo que intento, sin éxito, no iniciar nuevos proyectos, porque suelen darme mucho trabajo y una gratificación efímera.
Tiempo de druidas surge de un juego que organicé para cuatro niños y un semiadulto que los ayudaba; fueron varias semanas de preparación para solo un par de horas de diversión.
Al acabar, los niños siguieron jugando y yo me quedé con mis pistas, mis cartas y con un manuscrito que había cruzado el espacio y el tiempo, tirados encima de la mesa. Un par de amigos que estaban allí me convencieron de que había hecho mucho esfuerzo para tan poco uso y me animaron a pasarlo a novela.
Me pareció complicado, aunque eso no suele echarme atrás. Dije que no, claro... hay que ser congruente con las decisiones que uno ha tomado, pero mi integridad no duró mucho y, al rato, ya estaba metida de cabeza.
¿Cuáles son tus géneros y autores favoritos?
Un amigo una vez me dijo una palabra que creo que me define a la perfección. Soy ecléctica. No me caso con ningún género ni autor. Me gusta saltar de la comedia al terror o a la fantasía, pasando por la autoayuda. Suelo ver cosas positivas en la mayoría de las lecturas y me quedo con ellas, así que me cuesta decir que un autor no me gusta, pero me aburriría una lectura en que el escritor solo quiere hacer un alarde pomposo de su verborrea.
¿Qué autores son referentes para ti a la hora de escribir y qué tomas de ellos?
Me resulta extraño, porque cuando me haces esta pregunta los referentes que vienen a mi mente son películas y no libros. Aun así, tengo claro que todo lo que he leído a lo largo de mi vida, cada escritor, cada novela y cada artículo o reportaje, ha dejado algo en mi subconsciente que se refleja en mi manera de escribir.
Quizás para el que lo vea desde fuera sea más fácil establecer paralelismos.
Tu ópera prima es “Tiempo de Druidas”. Cuéntanos acerca de la génesis de esta novela. La novela destaca por diversos motivos, pero uno de los que más me llamó la atención fue el perfecto contraste entre las dos narraciones de tiempos distintos y muy alejados. ¿Cómo te documentaste para recrear la Galicia de época romana?
No fue nada fácil, para la historia tengo menos memoria que Dori.
No era mi intención escoger la Galicia prerromana, ni se me pasó por la cabeza que los druidas tenían tradición oral y que después de su desaparición quedó muy poca información.
La fecha es la que elegí como ambientación para el juego y es la que sale en la carta que envía Eón, el protagonista, desde el pasado. Al ver la dificultad para documentarme, mi marido me sugirió mover la fecha a unos años después, cuando ya los romanos estaban asentados plenamente en la zona, ya que está mucho mejor documentada; pero no quise cambiarla y empecé a estudiar. Nunca había leído tanto sobre historia.
Está claro que no es novela histórica, no me atrevería, eso lo dejo para los profesionales, pero sí he intentado ser lo más respetuosa posible con los datos y los temas que se tratan en el libro.
Busqué información de Dumnonia, de quién vivía allí, cómo, qué comían, cómo vestían, cómo se desplazaban, cómo se divertían, en qué creían. Hice lo mismo con Gallaecia, quién vivía allí en aquella época, cómo se relacionaban con los romanos que estaban conquistando la península, cómo eran los lugares que aún no habían sido conquistados...
Cada dos palabras que escribía me surgía una pregunta. Cómo eran los caballos, cómo se hilaba, cómo era la medicina antigua... Fui a ver castros y museos...
Para saber qué se siente al caminar descalzo por el bosque fui a vivirlo con una experiencia organizada en la que haces un trayecto sin calzado por diversas superficies de un entorno natural.
Cuando encuentro algo que me gusta puedo ser bastante intensa, así que diría que me he documentado casi de manera compulsiva.
He descubierto que esta parte del proceso de la escritura me apasiona. Se pierde mucho tiempo en ello, pero he aprendido tanto, que es tiempo muy bien gastado.
¿Tenías pensado dirigirte a algún público en concreto al escribirla?
Mi público objetivo eran las personas que conozco y que, de alguna manera, han inspirado a los personajes de Ethan, Nico, Hugo, Martina, Fran, Nora, Mike, Berto y algunos más que salen en la novela. Tiempo de druidas está escrita por y para ellos.
Cuando empiezas, mucha gente te da consejos... Uno de ellos es: busca tu público objetivo y dirígete a él... ¿Fácil?... Pues no, porque el público que yo había escogido iba de los 10 años hasta los 75 como mínimo. Podría haber reducido el arco, pero no quise. Intenté forzarlo, pero no me salía, así que me dejé llevar saliera lo que saliera.
Estoy contenta con el resultado; es una novela que puede leer cualquiera. Está claro que eso no quiere decir que vaya a gustar a todo el mundo, pero creo que tiene un rango amplio de posibles lectores. Tiene mucha información, pero no se hace bola mientras masticas. Es una lectura ligera y entretenida, pero trata muchos temas importantes en los que puedes profundizar si te apetece.
Mis dudas para marcar a partir de qué edad se puede leer, viene dada por alguna muerte que hay en el libro. Quería que fuera lo suficientemente gore para que a los adultos no les supiera a poco, pero sin que me llamara algún padre o madre para decirme que había traumado de por vida a sus hijos. Creo que lo he conseguido. Hoy en día los niños son muy maduros y si sus padres les dejan jugar al GTA, después no me pueden venir a reclamar por unas muertes literarias... Además, en Disney muere gente a diestra y siniestra. (Conste, que al lado de los relatos de Marc Barqué, Tiempo de druidas es como un capítulo de los Teletubbies)
¿Alguna anécdota curiosa sobre tus libros o su proceso de creación?
Tengo muchísimas anécdotas.
La primera que me viene ahora a la cabeza es una errata. Después de mil correcciones y unos ocho lectores beta, cuando estaba a punto de publicar la novela, me llamó un amigo y me avisó de que, en una página, en vez de agujero negro, ponía agujero de negro.
¿Una más? Algunas de las personas que inspiraron personajes en la novela no supieron que la estaba escribiendo hasta que estuvo publicada. Un día, “Nora” me llamó para decirme que la había leído y le había gustado mucho. Yo quería esperar a ir a As Nogais en verano para decírselo en persona, así que su llamada fue una sorpresa increíble.
Y una última... si tenemos en cuenta que hicimos un juego en el que un aprendiz de druida abría una brecha en el espacio-tiempo para lanzar un manuscrito y que un grupo de chavales completó un hechizo para intentar arreglar el desastre, podemos afirmar que Tiempo de druidas es una novela basada en hechos reales...
Háblanos de tu proyecto en desarrollo actual.
Estoy escribiendo una continuación para Tiempo de druidas. Retoma la historia justo donde la dejamos. Es cierto que podría haber quedado como estaba y sería un buen final, pero después pasaron muchas cosas y algunas de las personas que la han leído me han comentado que les gustaría saber más de algunos personajes y subtramas.
Esa era la única condición que puse para seguir escribiendo, que hubiera alguien que quisiera leerlo. Sin lectores, no tendría sentido para mí escribir y no tendría inconveniente en ponerme a hacer otra cosa.
¿Qué opinas de la polémica sobre el uso de IAs generativas para las portadas de los libros?
Opino que de algo hay que hablar y que es normal que haya un grupo de profesionales que defienda su trabajo y otro que quiera coger terreno para optimizar sus recursos o abaratar costes.
Para mí la IA es una nueva manera de llamar a un algoritmo, un programa o una aplicación. Que sí... que hace más cosas y mejor. Que por ella hay quien perderá su trabajo... cierto, pero eso ha pasado una y otra vez a lo largo de la historia con las innovaciones.
Yo creo que cada cual tiene que usar lo que crea conveniente para sus portadas, por mí como si usas una acuarela de tu nieto.
Muchos de los pequeños usuarios que generan imágenes con IA ni han contratado nunca un ilustrador, ni tenían pensado hacerlo. Otra cosa es hablar de las grandes corporaciones que la usan para abaratar costes para aumentar los beneficios a cualquier precio.
A mí no me gusta este movimiento actual en el que parece que todo es mejor si lo hace una máquina; eso no quiere decir que esté en contra de la tecnología o que no la use nunca. Lo que quiero decir es que no todo vale, cuando voy al supermercado me gusta hacer cola y saludar a la cajera, aunque no la conozca de nada. No quiero cobrarme yo sola los productos para ir más rápido... Parece que a veces se nos olvida que no tenemos tanta prisa, que el final es el mismo para todos.
Aunque digan que no podemos hacer nada y que el futuro será de las máquinas, queramos o no, no estoy de acuerdo. Nosotros tenemos el poder de decidir, lo que ocurre es que decidimos creer que no tenemos ese poder.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre aparte de escribir?
Pasar tiempo con mi familia y amigos, ir de excursión, al cine, viajar... Cualquier cosa que implique salir y estar con gente, me gusta.
¿Quieres añadir algo más?
Agradecerte que me hayas ofrecido parte de tu tiempo y tu espacio. Y pedir a todo el que lea esta entrevista, que hable de nosotros... los autopublicados...
A ver si entre todos conseguimos que, en vez de la IA o los cantos pintados, lo que se ponga de moda sea descubrir nuevos autores.
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Comentarios
Una gran entrevista. Bravo a los dos. 😘😘
Otra cosita... No me puedes poner contempla el horror y justo debajo una foto de una mujer tan guapa como Olivia con esa sonrisa tan dulce. No concuerda 🤭
Es que sale en todas las páginas de la web, no sé cómo quitarla sólo en una. Cosas de los que nos criamos sin internet XD